Las palabras de Ludwig Wittgenstein “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente” adquieren un significado especial cuando exploramos nuestras experiencias con el conocimiento, especialmente en el contexto de las relaciones familiares. Nuestra capacidad de pensar, construirnos y ser distintos se ve influenciada por nuestra forma de mirar, cuestionando nuestra verdad, realidad, vida y nuestra existencia en relación con otros. Estos lazos pueden ser de sangre, circunstanciales o inesperados, pero se convierten en vínculos profundos y cercanos que alimentan tanto nuestro cuerpo como nuestro espíritu. Es importante reconocer y aceptar nuestra humanidad como seres intersubjetivos, activos e inmersos en diversas sociedades en constante cambio, lo que requiere una comunicación constante con nuestro entorno, incluyendo a las personas y la naturaleza, para lograr un equilibrio a nivel planetario.
En este proceso, la palabra escrita nos permite, a través de las narrativas, perdurar en el tiempo y explorar la construcción colectiva de pensamientos, quimeras, visiones y esperanzas, ayudándonos a comprender el mundo y dejar un legado indeleble que nos permita reflexionar sobre nuestros lenguajes, construcciones y contribuciones a la sociedad y la humanidad.
En este contexto, la autora del libro en cuestión ha buscado comprender las pautas de crianza, concepciones y aplicaciones de estos conceptos en las realidades de los grupos familiares en el corregimiento de Mocondino, Nariño, Colombia, basándose en los conocimientos y saberes de las madres comunitarias.
¡No te pierdas este fascinante libro que explora las relaciones familiares y la crianza basado en el conocimiento de las madres comunitarias en Mocondino, Nariño, Colombia! Descárgalo aquí: enlace del libro.